CASA QUE ARDE
El título “Casa que arde” cita, en parte, a una famosa frase del anarquista español Buenaventura Durruti (1896-1936), muerto durante la Guerra Civil Española, que a su vez era una cita de una frase original del anarquista ruso Piotr Kropotkin, que dice: "La única iglesia que ilumina es la iglesia que arde." Es entonces a partir de los postulados anarquistas que este montaje revisita la obra “La Casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca. La familia tomada como estructura básica del microfascismo, la religión como opresora del libre albedrío de los hombres, y el hogar como el lugar de sujeción de la mujer al mandato falocrático parecieran hacer derivar esta versión hacia un territorio más explícitamente político que el original. Pero para evitar ese subrayado tanto el texto como el montaje se nutre de materiales de índoles diversos que contaminan y velan su esencia conceptual. Así, el universo visual y textual del artista brut norteamericano Henry Darger (1982-1973) y su saga “The Story of the Vivian Girls, in What is Known as the Realms of the Unreal, of the Glandeco-Angelinian War Storm, Caused by the Child Slave Rebellion”, listados de medicamentos psiquiátricos tomados de un vademecum, o los textos de Michel Onfray en donde se propone un hedonismo ético, como “Teoría del Cuerpo Enamorado”, son parte de sus lineamientos formales y conceptuales, que centra su estrategia en la estructura opresiva del discurso masculino que aún hoy tiene como rehén al cuerpo de la mujer en todas las culturas del planeta, intentando así ser una reflexión poética acerca de la problemática de género.