CÁMARA GESELL
Cuarto espectáculo de El Periférico de Objetos, Cámara Gesell -un espacio limitado en uno de sus frentes por un espejo que permite la visión por uno sólo de sus lados, utilizado regularmente en psiquiátricos y lugares de interrogatorios- se estrena en el Teatro Babilonia, en 1994. El espectáculo cuenta la historia de Tomás, un niño bajo estricta vigilancia. Tomás es un niño en una familia de objetos. Y así se completa la dialéctica periférica: los objetos dominan al sujeto o, para hacer aún más complejo el discurso: los objetos devienen instrumentos de los sujetos (los manipuladores) para ejercer el dominio sobre otros sujetos.
La puesta se realiza en un espacio pequeño con múltiples niveles y trampas por los que objetos y manipuladores aparecen y desaparecen de escena. El espacio es en sí mismo un objeto-personaje más, que el espectador ve modificado y utilizado en múltiples variantes según las necesidades de las escenas, como una gran casa de muñecas en donde habitarían estos objetos y sus manipuladores. Aunque el vidrio de la cámara Gesell no exista, la situación del espectador es claramente obscena. Muy próximos a la escena, casi dentro de la misma, ven sin ser vistos la intimidad de los personajes.